Hace unos días recibimos la amable invitación de Más Dividendos para abrir este blog que estrenamos hoy. ¿Os apetecería tener blog en +D? La pregunta me sonó a ¿Queréis ganar un millón de dólares? ¡Naturalmente! Así que dicho y hecho. Muchas gracias. Es un honor pertenecer a la comunidad y mucho más poder reflexionar en voz alta sobre ahorro e inversión. Como nos gusta decir: si ayudamos a una sola persona ya habrá merecido la pena.

Es obligado que en esta presentación comentemos de qué va a ir el blog. Lo primero es que habréis notado que utilizo el plural. Soy Juan Cogollos, pero mi vida inversora está estrechamente unida a la de Juan Manuel Rodríguez. Somos amigos además de socios, de forma que yo haré de portavoz pero muchas aportaciones serán suyas. Cualquier análisis profundo y numérico se lo deberéis a él. Pretendemos acercar a la comunidad, para beneficio sobre todo de los menos iniciados, conceptos básicos pero que no se conocen lo suficiente o a menudo se olvidan.

Nos gusta la simplicidad, ideas sencillas pero poderosas. Nos gustan las historias y las metáforas. Nos gusta sobre todo la renta variable. Nos gusta la indexación y la diversificación, pero cualquier inversor que se juega su dinero, con el método que sea, nos merece un respeto. Venimos a enseñar lo poco que podamos saber, pero ante todo no renunciamos a aprender. Tampoco renunciamos a adentrarnos en los dominios de la psicología, la filosofía o la vida en general. La buena vida, naturalmente.

¿Mencioné que nos gustan las metáforas? De ahí precisamente viene el nombre del blog. El cántaro y la fuente es, en primer lugar, una metáfora del riesgo, un concepto enormemente importante en inversión. El refranero ya dice aquello de que “tanto va el cántaro a la fuente…”. También se viene a la cabeza el cuento de la lechera, pero no nos gustaba “el cántaro y la vaca” como nombre del blog.

El cántaro y la fuente simbolizan también cómo funciona la economía y la creación de riqueza. El agua, fuente de vida, tiene un enorme valor para muchas actividades, pero ese valor se destapa cuando llevamos el agua a una vivienda, a un campo o a una fábrica. El cántaro (y la acción humana, Mises dixit) son los que multiplican la utilidad del agua al llevarla desde la fuente hasta los lugares donde resulta más útil. Algo así como una asignación de capital “acuosa”. Llevando el agua donde dé más rendimiento se consigue el máximo de riqueza y prosperidad.

Y aquí lo dejamos por hoy. Recibiremos con gratitud vuestros comentarios y sugerencias.

Un saludo,

Los impasibles.