Hace una año escribí este post cuyos argumentos tienen la misma actualidad ahora como hace 12 meses, y por eso he decidido incluirlo en mi blog.
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Está claro que en los mercados financieros se concentran una cantidad enormes de incertidumbres, sobre todo en el corto plazo, pero también podemos saber que alguna cosa pasará con alta probabilidad.
VOLATILIDAD Y CORRECCIONES
En momentos como el actual parece que nada puede afectar a la senda alcista de los mercados. Si hacemos una lista de los eventos que han creado incertidumbre en los últimos meses, nos encontramos con Brexit, guerra comercial con China, impeachment, ataques con misiles en Medio Oriente, inversión de la curva de tipos, solo para nombrar algunos factores.
Si alguien hubiera estado en una isla desierta y le hubieran dicho que han pasado todos estos eventos, pensaría que las bolsas tienen que haberse pegado una buena leche, pero no, estamos en máximos de la bolsa americana.
Esta situación es muy parecida a lo que vivimos en 2017, donde la volatilidad alcanzó mínimos históricos.
De lo que podemos estar seguros que la volatilidad y las correcciones volverán, no sabemos si pronto o tardarán unos meses más, pero llegarán.
No sabemos el cuando ni la entidad de las correcciones, pero, basado en la mercado americano en los últimos 90 años, la probabilidad que este año haya una corrección superior al 7% es poco menos del 90% , y, por otro lado, las correcciones superiores al 30% han ocurrido solo en el 10% de los años.
Tenemos un rango de alta probabilidad entre, -7% y -30%, donde situarnos.
PREVISIONES ALARMISTAS
Cuando el mercado sigue en una fase alcista prolongada empiezan a proliferar los augurios de catástrofe. Muchos de los actores del mercado que tienen algún interés en ganar notoriedad rápidamente, suelen publicar noticias alarmistas, porqué son las que más atención captan.
Si tienen la suerte de acertar, pueden vivir de la renta una buena temporada, mientras que, en la mayoría de los casos la previsión alarmista caerá en el olvido hasta el siguiente intento.
Si repasamos todas las noticias negativas que se han publicado en los últimos 10 años, podemos tener una idea de lo importante que es intentar aislarse del ruido, o aceptarlo con el adecuado escepticismo, intentando , como primera cosa, entender que interés pueda tener el que publica cualquier noticia negativa, para poner en perspectiva el valor de ese pronóstico y, segundo, recordar que nadie tiene la capacidad de prever el futuro y si acierta en una previsión, la componente suerte tiene casi siempre el peso determinante.
Fuente informe Mayo; Smart Social Sicav
Continuarán las descripciones de burbujas de todo tipo y quizás alguna es posible que se esté desarrollando, pero es totalmente inútil prestar atención a estas cosas, primero porqué lo más probable es que no sea verdad y para que lo sea tiene que existir una componente de “euforia” a gran escala, y no solo que se hable de ello entre los 4 frikies que estamos en las redes sociales, y segundo, porqué aunque se esté formando una burbuja no se puede saber cuando pueda pinchar y si lo va a hacer de forma repentina y traumática o si se va a desinflar de forma gradual y lenta.
ALGUNA DE NUESTRAS INVERSIONES LO HARÁ BIEN Y ALGUNAS MAL
Es la naturaleza de los mercados; en el corto plazo totalmente aleatorio, porqué hay muchos factores que influyen la mayoría de los cuales no se pueden controlar.
En estas circunstancias, es muy fácil tener la tentación de sentirse unos cracks cuando unas de nuestras ideas funcionan, y difícilmente vamos a reconocer el papel de la suerte en estas ocasiones. Pensaremos que hemos hecho un análisis acertada, y estamos recogiendo los frutos y nos sentiremos bien, y difícilmente analizaremos si podemos hacer algo mejor en la próxima ocasión, o si nos hemos equivocado en algún punto del proceso, y no obstante eso los resultados han sido positivos.
Si unas de nuestra inversión se comporta por debajo de las expectativas, lo mejor sería aceptar como algo que tiene que ocurrir antes o después, analizar si en nuestro proceso hemos cometido algún fallo, o nos hemos desviado de nuestra hoja de ruta, para evitar que se repita el error (no los resultados negativos), aunque será alta la tentación de encontrar algún culpable externo como los Banco Centrales, o el crecimiento de la gestión indexada, para explicar los pobres resultados, excusas de las cuales hacen uso también los más conocidos gestores profesionales…
SORPRESAS
Todo el mundo tiene alguna expectativa de lo que pueda pasar en el próximo futuro, pero lo más probable es que antes o después ocurra algo que sorprenda a la mayoría de los inversores.
Las sorpresas, sobre todo si negativas, suponen una prueba de madurez para los inversores. La tentación más fuerte será la de actuar, de hacer algo para reaccionar, y lo más probable es que, si se hace, esto empeore la situación.
Cuando el inversor aprende a seguir con su plan construido con sentido común, ocurra lo que ocurra, difícilmente las cosas saldrán mal a largo plazo.
La otra derivada de las sorpresas es que, después de un tiempo, todo aparecerá obvio y lo que ha pasado estaba claro y las señales eran evidentes, aunque en realidad si nos ponemos en la perspectiva pasada lo que iba a ocurrir no estaba para nada claro.
Aparecerán los Gurús que construirán una narrativa sobre lo que ha ocurrido y que evidentemente coincidía con lo que ellos decían y da igual si el mismo mensaje lo mantenían desde hace años, o proponían escenarios contradictorios y solo uno de esos se ha realizado.
ALGUIEN LO HARÁ MEJOR QUE NOSOSTROS
La situación actual ha mejorado muchísimos para los inversores comparado a lo que era posible hacer hace solo pocos años; el acceso a nuevos vehículos de inversión, diferentes alternativas, estrategias se ha multiplicado y las posibilidades son prácticamente infinitas.
Esto implica un grado de libertad mucho mayor para el inversor que, en cambio, tendrá que asumir el hecho que siempre habrá alguien, alguna estrategia, algún fondo, alguna acción, algún índice que tendrá resultados significativamente mejores que los suyos.
Otra prueba de madurez es seguir el proprio plan y no ajustarlo continuamente sobre la base de los resultados de corto plazo que, en la mayor parte de los casos, son totalmente aleatorios.
En este contexto, la diversificación que es la principal arma en la mano del inversor, para poder adecuar su estilo de inversión a su psicología y propensión a la volatilidad, podría aparecer como una decisión equivocada porqué va a restar rentabilidad donde se podría haber conseguido muchos mejores resultados…. si solo se hubiera concentrado más en los activos ganadores…. Narrativa a posteriori.
LO QUE IMPACTARÁ MAJORITARIAMENTE EN LOS RESULTADOS SERÁ LA DISTRIBUCIÓN DE ACTIVOS
El inversor puede poner todos sus recursos y habilidad en intentar seleccionar las mejores acciones o los mejores fondos, pero al final, sus resultados estarán más impactados por la decisión inicial de en que tipo de activos decide repartir sus inversiones.
Si invierte el 20% en renta variable dejando el 80% en liquidez a la espera de una corrección, por ejemplo, es probable que aunque tenga una excelente selección de acciones o fondos, su rentabilidad se diferencie bastante de la rentabilidad de los índices, en función de como se hayan comportado.
LA RENTABILIDAD DE LA RENTA VARIABLE DE ESTE AÑO ES MUY POCO PROBABLE QUE COINCIDA CON LA MEDIA
Es curioso porqué muchos de los inversores, yo incluido, que hacen planificación en relación a sus objetivos, utilizan la rentabilidad media histórica como proxy para tener una referencia de lo que es posible conseguir a largo plazo.
Es posible que en plazo muy largos, pero largos de verdad y probablemente fuera del alcance de la ventana de inversión de la mayoría de los inversores, la rentabilidad media histórica tenga sentido, pero cuanto más se acorta el plazo menos relevante es.
Los años en los cuales el mercado consigue acercarse a la rentabilidad media (en negro en el gráfico de arriba) son muy pocos, y es muy poco probable que el 2020 la renta variable consiga una rentabilidad parecida a la media histórica.
CONCLUYENDO, PARA EL LARGO PLAZO ¿CÓMO PODER SOPORTAR MEJOR LA INCERTIDUMBRE?
Hemos llegado a finales de año y finales de décadas y se han multiplicado las previsiones sobre lo que puede ocurrir y, como no puede ser de otra forma, hay de todo y en función del plazo de análisis, de los indicadores que se elijan, las conclusiones pueden ser de una forma u de otra totalmente opuestas.
Solo como pequeña muestra, hay quien analiza el mercado desde un punto de vista de Book/Value o del CAPE………
…. para indicar que la rentabilidad de la renta variable en la próxima década podría estar bastante por debajo de la media histórica.
Por otro lado comparando las rentabilidades de los últimos 20 años respecto a otros periodos tenemos……
…… que los últimos 20 años han sido el segundo periodo de menor rentabilidad de la historia.
Conclusión, como no puede ser de otra forma: puede pasar de todo y en este contexto mi particular reacción es la misma que me ha siempre caracterizado y es la de bajar las expectativas porqué me gusta más tener sorpresas positivas que una decepción por no alcanzar lo que me había prefijado.
La ambición prefiero dejarla fuera de mi relación con los mercados, que se desarrollan en un perenne estado de incertidumbre.
Soberbio escrito, gracias.
El tiempo es el juez inapelable que da y quita razones, sorprende que pasado un año, no le falte ni le sobre una coma a su texto. Felicidades.
Gracias por recordarnos su soberbio escrito @Fabala. Enseguida se nota la calidad de un escrito, porque por el no parece pasar el tiempo. Siga deleitándonos con sus aportaciones
Muchas gracias por transmitirnos su experiencia inversora, @Fabala, ayuda a confirmar teorías y seguir en la senda de la racionalidad de una inversión pensada y equilibrada.
Un saludo.
Un artículo magnífico como de costumbre. De los que conviene leer y releer cuando uno precisamente está tentado de creer que puede soslayar según que.
La comparación entre la forma de afrontar la inversión que se expone en el mismo, que muestra varias realidades intrínsecas a la propìa inversión (especialmente la renta variable) y las pretensiones de según que inversores de saltarselas, muestra las razones de porque al final hay quien termina de lo más descontento con sus inversiones.
A todos nos suelen gustar los datos estadísticos, especialmente si van a favor de lo que creemos o pretendemos mostrar. Sin embargo, una de las primeras reglas estadísticas que hay que recordar es la importancia de acompañar los promedios de sus correspondientes desviaciones , por mucho que sea un parámetro con limitaciones.
Lamentablemente este no suele ser el comportamiento habitual que uno observa de la utilitzación de la estadística en economía en general (y en inversion en particular). A menos que se vaya ya a documentos muy elaborados. Normalmente una muestra de que alguien está utilizando una herramienta poderosa pero de forma manifiestamente peligrosa. Las ventajas de la misma de poco le van a servir en la medida que no aprenda a hacer un uso mejor de ella.
Volviendo a la frase, hay que entender los niveles de dispersión a los que expone la renta variable. Precisamente es uno de los puntos por los que hacer demasiado caso a algo como la volatilidad lo pone a uno en una dicotomía delicada. Por un lado intenta monitorizar el riesgo de corto plazo, pero por el otro debería ser consciente que se pueden presentar episodios donde eso salte por los aires.
Algunos, por ejemplo, olvidan que ni yéndonos a la bolsa que mejor ha funcionado históricamente, la USA, uno se encuentra con caídas de más del 60% en el índice. Algo que no creo que sea fácil de asumir por parte de aquellos empeñados en controlar el valor de corto plazo de sus inversiones.
Obviamente es algo excepcional que tal vez uno no experimente y que también puede actuar en sentido inverso. La rentabilidad del 2472% del periodo 1980-1999 está justo en el otro extremo. Lo complicado es manejar las espectativas con las que uno afronta la inversión ante escenarios tan distintos.
Precisamente creo que esto lo estamos viendo en muchas valoraciones de este año 2020. Resulta realmente chocante la diferencia entre las valoraciones del año de tipo personal que uno encuentra (hasta nunca 2020) con las valoraciones bursátiles del mismo, donde sí ha habido volatilidad pero con un resultado excelente en el entorno que se ha dado.
Tengo la sensación que aparece nuestra contradicción a la hora de afrontar las caídas, de las que necesitamos motivos, mientras que las subidas no parecemos necesitar de las mismas.
Que en un año tan nefasto uno interprete el resultado de los mercados dentro de unos parámetros bastante normales, incluso muy positivos en según que índices, creo que precisamente es señal que no se está dando cuenta de los niveles de dispersión que pueden llegar a aparecer en los mercados.
Vamos que aquí no es que estemos en un año normal con unos resultados normales. Estamos en un año muy complicado donde la dispersión de resultados de los mercados los ha llevado a un año muy bueno.
Los partidarios de esas frases que lo que importa es el resultado posiblemente no apreciarán la diferencia.
En mi opinión la diferencia es que precisamente no estamos ante una propiedad de la renta variable de ser capaz de evadirse de los problemas de corto plazo para centrarse en las fortalezas de largo plazo. Ni estamos en un nuevo estado de la renta variable donde las correcciones son rápidas y se vuelve rápido a la senda alcista.
Lo que estamos es en una situación donde ha aparecido la dispersión en sentido muy favorable en cuanto a un resultado muy positivo en un escenario difícil. Eso nos debería llevar a ser muy cuidadosos con la posibilidad de que nos podamos encontrar, a lo largo de nuestra trayectoria inversora, con escenarios en las antípodas, en años o épocas donde la rentabilidad es bastante mediocre, a pesar de no haber problemas excesivamente gordos en el horizonte.
Buenísimo artículo!!
En resumen, que lo único que sabemos del futuro es que tampoco acertaremos en nuestras previsiones excepto en que seremos más viejos.
Gran artículo @fabala!!
Lo he vuelto a releer ahora tras ser citado en otro post por @agenjordi. Lo que me ha sorprendido es que no le diera un me gusta en su momento. Discúlpeme por ello, los despistes y las equivocaciones tontas se incrementan irremediablemente con la edad.
Algo parecido me pasó hace unos días al comprobar que no me había tocado el bote del Euromillón. Me dije, “¿tío, tú estás tonto o qué te pasa?, concéntrate y estate por lo que tienes que estar. ¡La próxima vez que te despistes con los númeritos la vamos a tener!”.
Bromas aparte, deseo darle las gracias por lo mucho y bueno que aporta al foro con sus generosos escritos, los cuales valoro como se merecen.
Un abrazo.
Me ha venido hoy a la mente este gran colofón a este magnífico artículo, cuando estaba reflexionando sobre la necesidad que tienen parte de los inversores, de perseguir grandes rentabilidades objetivo sin ser realmente conscientes de lo que puede suponer a nivel de riesgo.
Veo que precisamente el ser poco realistas sobre las espectativas reales de ciertas posibles inversiones, les lleva a asumir riesgos que, con unas espectativas más acordes con la realidad histórica, tendrían mucho más cuidado en afrontar.
Si los próximos 10 años la renta variable rinde un 10% anual probablemente sea una gran decisión, en términos de rentabilidad final, ahora mismo pedir prestado a 10 años a los tipos que se encuentran los préstamos.
Pero a medida que uno es más cauteloso en dicha predicción y da algo más de probabilidades a escenarios donde la rentabilidad final pueda ser sensiblemente menos elevada, ya tiene más dudas sobre que compense el cociente beneficio/riesgo de una decisión de este estilo.
Hablando hoy con un amigo me ha comentado que varios chicos de la zona donde vivo andan muy entusiasmados con el tema de las cryptomonedas. Según me ha dicho, algunos incluso lo ven como una posible alternativa a trabajar en no mucho tiempo.
Aunque aquí en el foro parece que hay inversores en cryptomonedas con unas espectativas bastante más razonables, es difícil, con unas espectativas de partida tan elevadas, que uno no vea cualquier riesgo como asumilble. Y quien lo dice de las crytomonedas podría decirlo sobre invertir siguiendo muchos de los sistemas que se venden en redes sociales para acciones de moda.
Al final precisamente, volviendo a su magnífica conclusión, el intentar tener unas espectativas razonables, más que el acertar o fallar sobre cual será el futuro de x o de y, es lo que hace recomendable evitar meterse en según que historias, a menos claro que a uno le genere tanto dolor perderse según que o lo vea tan claro, que no le quede mayor remedio a nivel emocional que meterse en ello.
No se equivoquen, yo también he tomado en mi vida decisiones emocionales donde prefería asumir un riesgo grande de perder, simplemente porque pensaba que a nivel emocional no podía asumir la otra opción.
Lo que veo especialmente delicado es disfrazar en exceso estas decisiones como lo que no son. Que uno pueda tener una rentabilidad estratosférica y como mucho pueda perder lo que ha puesto no es ninguna asimetría de riesgo si no incorporamos las probabilidades de las respectivas opciones. Y aquí, el moderar las espectativas de rentabilidad promedio esperada, suele significar que la probabilidad del escenario de perderlo todo o una parte no menospreciable es muy superior a la de obtener esa rentabilidad estratosférica precisamente.
Brillante reflexión, repleta de sensatez , Fabala .