1,2,3… Once upon a time (porque en inglés suena más cool) toda una jauría de acumuladores de dividendos, compradores de inmuebles y adoradores de los ingresos pasivos salivaban por los suburbios de internet. Básicamente, tres peculiares subgéneros de una misma especie que afirmaban perseguir lo mismo: la independencia financiera (IF, para los que no tienen paciencia para leer). Ese mito moderno que promete hamaca, portátil…
Cuento triste.
La historia. Mi abuela tenía un ultramarinos a finales de los 80. Así lo llamábamos, con esa palabra olvidada que resuena a mares lejanos y aromas de tiempos antiguos, como si en sus estanterías se guardaran las olas, las salinas y los suspiros de las travesías. El ultramarinos no era grande, pero era el alma del barrio. Allí, las vecinas compraban el azúcar envuelto en…
La Estrella.
Mataba la desidia bebiendo cerveza en un pub escocés de las afueras. No le había quedado otra opción. Aún faltaban varios años para revertir el proceso de conversión del azúcar en alcohol y pasarse las tardes comiendo yogures de Galleta María. Bebió. Mientras en el exterior: tejados puntiagudos, cielo sin sol, mar detenido, fango en las botas y lugareños envueltos en abrigos pesados de domingo se…
El cuento de la lechera.
Érase una vez un tipo cansado de ver siempre lo mismo. El mundo se moría de hambre a su alrededor y él, entre inquieto y empachado, solo podía pensar en la cantidad de grasas saturadas insertadas en aquel condenado yogur de galleta María que se estaba comiendo. Entre tanto, la bronca que su señora le metería por alguna fechoría que aún no sabía había cometido,…