«En escaladas como la de ese día, una vez cruzada la línea, durante unas horas no me sentía vivo ni muerto, simplemente peleando. Lo llamé el Alpinista de Scrhrodinger.»
«En escaladas como la de ese día, una vez cruzada la línea, durante unas horas no me sentía vivo ni muerto, simplemente peleando. Lo llamé el Alpinista de Scrhrodinger.»